lunes, 18 de octubre de 2010

MENTIRAS DE CAMA, SEXO SIN GANAS
El gran mal de las mujeres actuales es la pérdida del deseo. Y eso es como un círculo: porque “lo que no se usa se arruina, se atrofia”. En el caso particular de las mujeres casadas se ha vuelto “normal” que entre los hijos, el trabajo, la casa, los amigos, la vida misma, lo clásico sea, que cuando la noche llega y el marido recurre al lecho conyugal, se encuentre con una mujer con dolor de cabeza, cansada y gritona que le dice “qué crees que así nomás es la cosa”?. Y yo le digo a esas mujeres: y cómo es entonces? Y que no fue ella la que dijo “si acepto” “en las buenas, en las malas y en la cama”?. Parece que un buen número de mujeres ignora la multiplicidad de beneficios del sexo para nosotras, pero no nos vamos a detener en eso hoy.

Además, muchos estudios han demostrado que el marido sexualmente feliz se convierte en una pareja cariñosa, complaciente, amorosa y consentidora con la mujer que lo satisface. Pero en esta falta de deseo no sólo toman asiento las parejas casadas, sino todas aquellas que alguna vez se han sometido a mitos, engaños o “sustituciones” del verdadero placer.

Durante el sexo no tienen cabida los límites, más que los del propio agrado, en otras palabras no acepte hacer algo que no le complace; pero ¡es mentira! cuando una mujer dice que no le gusta nada. El sexo no tiene hora; la hora la pone el deseo; porque ¡es mentira! que el sexo sea propio de la hora de dormir. Existen otras alternativas como el rapidito del mediodía, en el cual, con tal de que las manos y los besos candentes estén bien ubicados, bastarán los pantalones abajo y listo, el de la madrugada, con el calorcito del cuerpo en su mejor punto, o el encuentro inesperado de treinta minutos, en cualquier momento del día. Un dato importante, hombres, es que no den las “gracias” al final del sexo, nadie les está haciendo el favor, no nos hagan sentir como prostitutas, aunque lo seamos arriba de ustedes, después del acto sexual somos mujeres y nada más.

No puedo dejar de hablar del mal llamado “pre-calentamiento”. Mujeres, no cansen al hombre con “sesiones preliminares” de una hora. Ningún hombre con ganas aguanta tanto tiempo en el preliminar; pobres hombres, seguramente les ha de “doler” la espera. Tengan consideración y no los engañen porque ¡es mentira!: una vagina húmeda no depende del tiempo del preliminar, depende de la calidad de éste, del mantenimiento, de la disposición y sobre todo del deseo. En otras palabras, una mujer con “ganas” no necesita de un “pre-calentamiento” tan extenso.

Cada caso es particular, y nunca se sabrá como tener en mantenimiento la vagina personal si ésta no es explorada por la persona que la pondrá a funcionar (en este caso NO me refiero a la autoexploración). Una vez escuché una frase de la que me reí mucho: “las mujeres son una planchita, los hombres un interruptor”…..¡es mentira! Planchas de que año? Qué nunca han puesto una plancha de una vez en lo más fuerte e igual les ha funcionado bien? Desmiento en estas líneas, tal mito. Cada mujer en su interior sabe por qué no se excita, la responsabilidad no es sólo del hombre. El deseo marca la diferencia entre unas y otras experiencias sexuales. Cuando no hay deseo, no hay preliminar, ni cremita, ni “KY” que valga; dejen de jugar con la autoestima de sus hombres y confiesen de una vez que no sienten deseo. Dejen de decir “haceme esto o aquello para ver si así me dan ganas” principalmente porque en la cama nadie está para recibir limosnas. Y sobre todo porque dónde no hay deseo, no hay placer.

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