martes, 2 de noviembre de 2010

¿GRUESO O DELGADO? ¿GRANDE O PEQUEÑO?

¡Qué tema tan delicado entre los caballeros! ¡Qué tabú más estúpido! ¡Qué pena que no sepan que a cualquiera se le puede sacar provecho! Y es que, para hablar la verdad, hombres, hay que decir que el tamaño SI importa, y el grosor es DO-BLE-MEN-TE importante. El tamaño y el grosor ideal es aquel con el que hasta duelen placenteramente los ovarios en la penetración… ¡aahhhhh! me humedezco de sólo pensarlo y las mujeres que, como yo, ya saben qué es esa deliciosa sensación, no me dejarán mentir.

Todas deberíamos ser un poco atrevidas para dar una apreciadita al “paquete” antes de caer perdidamente enamoradas ante un hombre. Sin embargo, no sería apropiado preguntar “¿gruesa o delgada?” cuando alguien sólo te interesa para un encuentro casual. Lo ideal a la hora de encontrarse con miembros no tan “agraciados” sería sugerir, con cuidado, algunas “técnicas” que ayuden a gozar más con el caballero, pues, la verdad, todo es cuestión de querer disfrutar.

En dichas “técnicas” no incluyo los consoladores, pues lo que se pretende es que disfrute con la pareja que eligió, con el miembro de la pareja que eligió. Hablo del sexo oral, la masturbación preliminar y la posición de vaquera.

El sexo oral es magnífico para empezar con los orgasmos. La vagina de la mujer no es una concha, es decir, no se absorbe, ni se produce placer con el sólo hecho de succionarla y menos toda. El clítoris, en la parte de arriba, es lo que produce el placer, los hábiles movimientos de la lengua del hombre son los que nos llevan a la locura, a gemir, a gozar. Y en cuanto a la masturbación, no hay nada más placentero que el hombre con el que disfrutamos nos toque, no a la loca, de la misma forma que con la lengua, en el clítoris, suavemente, bastarán dos dedos y no es necesario que éstos entren al orificio vaginal, porque ya aclaramos: ”el punto” está más arriba.

Luego, con las ganas y los orgasmos encendidos, la mujer puede generosamente satisfacer oralmente el miembro del hombre, suavemente de arriba hacia abajo al principio y después con rapidez. Si él lo permite, sujételo con las manos haciendo presión con cuidado. No lo deje terminar, y súbase sobre él, recuerde, si el grosor del miembro del hombre no es el ideal para su vagina, en la posición de vaquera ni se dará cuenta del “pequeñísimo” detalle. Una vez arriba……..... ¡A jinetear se ha dicho!

La virilidad del hombre, su capacidad para hacernos gozar, no está en el tamaño o en el grosor de su miembro…..está en su imaginación. Tome en cuenta estos consejos, la tenga como la tenga, porque la verdad, son delicias que no pueden faltar en el sexo.

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