lunes, 15 de noviembre de 2010

"OLOR A PLENITUD"

Existirá una esencia en la tierra que pueda emular a la perfección el olor de una mujer satisfecha? Este “perfume” tan particular, que la acompaña a cualquier lado, no huele a sexo, ni a ningún otro tipo de olor asociado a la vulgaridad y patanería. Una mujer satisfecha huele a plenitud.

Y no es que todo gire alrededor del sexo para una mujer, no, no es así (ni para las amantes; pero es real que una mujer que se acepta a sí misma y permite que un hombre disfrute de su cuerpo en la cama, atrae miradas diferentes de las que atrae una mujer que tiene 90-60-90 en sus medidas. Hablo de mujeres reales, no de mujeres con acceso regular a “cirugías reconstructivas”.

Porque a la verdad me remito: Una mujer con todo en su lugar, más de lo que permite la gravedad, es una mujer que no se deja tocar o “degustar”. Una mujer plena, tal vez no tenga un cuerpo escultural, pero si se cuida, los pequeños detalles pasarán a ser indiferentes para el hombre que pueda tener en su boca la blandura de sus pechos o en sus manos la forma de sus glúteos.

Y este es el olor que atrae hombres, el olor de las mujeres satisfechas, no tiene esencia particular pero se nota en su forma de mirar, de vivir, de sonreír. Las mujeres sufridas “las pobrecita yo”, las “estoy gorda no me mires”, las “no me agarres así, que se caen” se quedarán para vestir santos o para tener relaciones sexuales dolorosas.

Con el tiempo y el pasar de los años se descubre que la plenitud no está asociada a agilidades o destrezas, aruñones o mordiscos raros, está marcada por sensaciones claves y particulares, a veces indescriptibles, que se quedan pegadas en la piel y que vuelven el deseo incontenible. Atentas, porque ese espécimen masculino que te lleva a la plenitud, se reconoce desde la primera vez que te besa…..y generalmente, sólo es uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario