miércoles, 22 de agosto de 2012

La conquista: una guerra que hay que ganar.

Vuelvo de nuevo a escribir. No porque tenga nuevas experiencias sexuales apasionadas, sino unas muy cercanas que están a punto de suceder. Tengo una amiga, con un sex appeal bárbaro que pudiese conquistar tanto a un hombre como a una mujer. Pero...no sabe cómo utilizar el armamento que Dios le regaló.

Ha tenido muchos hombres en su vida, sí, pero ahora, en su plenitud, no encuentra el ideal y sigue aguantando el famoso "te va a dejar el tren" cuando ella apenas comienza a utilizar sus tácticas de guerra con todas las de la ley.

No es que sea yo el non plus ultra de la seducción, pero puedo decir que una vez fui de aquellas mujeres que donde ponían el ojo, ponían la bala, no solamente para tener una relación, sino para probar algo nuevo. Y sí, soy de la idea de que en la variedad está el gusto.

Pues mi estimada, digámosle Samia, no entiende cuándo tirar la bala. Los hombres son como una guerra, ellos responden si les tirás la bala, simple, si les disparás y no te responden el ataque, simplemente no les interesa entrar en esa lucha. Entonces te rendís. El error estaría en tirar balas a diestra y siniestra, lo cual te acaba las municiones o te tira a la fama de "guerrera por gusto".

Pero cuando tirás a ganar debés saber interpretar los ataques del contrincante. Si te responde con balas de grueso calibre, para qué esperar? si la cama es lo único que falta, pero si es un guerrero discreto, un poquito de investigación de tu departamento de inteligencia nunca está de más.

Cómo se comporta en otros campos, cuando aparecés tú qué hace, cómo te mira, cúantas veces interactúa contigo en el día o te llama (esto es más fácil descifrarlo cuando están en un entorno de convivencia diaria como en la oficina, en la misma U o en el mismo vecindario).

Olvidémosnos de si tiene FB, BB, Twitter, que estos sitios de convivencia digital solo sirven para estropear las tácticas y distraernos de nuestro objetivo.

Y claro, debemos aprovechar cuando él saque el armamento o si vemos una zona no vigilada para disparar. Ver hacia los lados, llegar con sutileza y silencio, ver si no hay moros en la costa, y a la primea oportunidad, disparar una ráfaga! Que si va a pensar que sos una oportunista y descarada? Si quiere guerra, responderá, es como 2+2=4.

Hay que estudiar al otro bando, negociar hipócritamente con él en la mesa, pero esperar y tener paciencia si querés librar esa batalla que te hará ganar esa guerra que te quita el sueño: tenerlo en la cama junto a ti. Samia, ¡a ganar esa guerra!

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